viernes, 27 de febrero de 2009

Cuento: El ratón y el elefante








Gran parte de las personas está acostumbrada a darse a sí mismo una excesiva importancia, al creerse grandes personajes o muy importantes.Y muchos de esos que se creen ser gran cosa, no son más que vulgares personas. Pero, no se dan cuenta de las pretensiones que tienen y siguen convencidos de su gran importancia hasta el fin de sus días.
Pues bien, esto fue lo que le ocurrió al protagonista de esta historia: un pequeño ratón…
Era un ratoncillo de los más pequeños, que viendo pasar ante él un elefante de los más grandes, se burlaba gustosamente de su andar pesado y lento.
En efecto, el gran elefante marchaba a paso tranquilo pues sobre él estaba acomodada una sultana de ricos ropajes, acompañada por su loro, su perro, su gato y su sirvienta.
Un parapeto adornado regiamente servía de asiento a la sultana, y un toldo dorado la preservaba del sol. Un cortejo constituido por decenas de esclavos la seguía en su marcha a través de la selva.
El ratón contemplaba la caravana y se asombraba al ver que la gente que seguía el paso de la sultana se quedaba boquiabierta ante tal magnificiencia y alababan la hermosura y grandiosidad del elefante.
Pero el ratoncillo estaba indignado, y decía:
-¿Qué importancia tendrá ocupar mayor o menor espacio? ¿Qué hay que admirar en un animal tan patoso? ¿Qué les causa tal asombro? Seguro que aunque el elefante asuste a vuestros niños con su gran tamaño, también nosotros nos asustamos muchas veces. Y casi llegaría a asegurar que los ratones somos tan importantes como los elefantes…
Así seguía hablando el ratón sus insensatas palabras. Y mucho más tiempo hubiera continuado así, a no ser por un gato que rondaba los alrededores.
Este oyó al ratón y con gran sigilo se acercó al animalito y le asestó un zarpazo, y en menos de un instante le demostró que, al menos en un aspecto, el ratón y el elefante son muy diferentes.

EL MOLESTO HIPO


La causa del hipo suelen ser cosas como comer muy rápido, reir, tomar bebidas alcoholicas, beber algo frío mientras se come algo caliente, etc. Normalmente el hipo se resuelve automáticamente y sin ninguna ayuda, aunque existen todo tipo de remedios caseros como los sustos, mantener la respiración durante unos segundos o beber líquido con la nariz tapada clásicos enseñados por los padres. Pero no siempre es así de fácil, hay casos en los que el hipo persiste muchos minutos y horas. Por último el hipo es un espasmo involuntario producido por el diafragma cuando éste se contrae bruscamente y de forma intermitente junto con los músculos que utilizamos para inspirar. Cuando esto ocurre la glotis se cierra repentinamente produciendo un sonido parecido a como suena la palabra "hipo".