Ahora Shrek en su cuarta entrega final y, después de casarse y tener hijos, se despide de la forma que lo vio nacer, con mucha festividad y gags pero no se puede dejar de lado el acento lleno de angustia de mediana edad que asoma en el ogro y con una entrega de muchos aprendizajes relacionados con respetar tu entorno familiar. Esta vez el ogro esta domesticado y comienza a tener serios problemas con lo cotidiano, como mudar a sus bebes, no poder dormir hasta tarde y arreglar el resumideros. Comienza a tener la sensación de perdida de sus libertades e incluso se convierte en una atracción turística para los habitantes de la ciudad como un ser que alguna vez fue temible. Ello comienza desgastarle, entonces decide abruptamente que necesita un espacio propio como antaño pero como nada resulta como se planea. Aparece en su camino el malvado Rumpelstiltskin que le ofrece un trato se ser el Shrek temible de antaño y libre solo canjeando un día de su infancia. Obviamente todo es un engaño y el ogro aparece en un mundo alternativo donde sus amigos no lo conocen, ni tiene a su familia y, deberá luchar por conseguirlos o perderlos para siempre. Burro acá es un animal de carga y el gato con botas es un obeso y domesticado felino. ¡No te la pierdas en el cine!.
jueves, 22 de julio de 2010
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